XIV Edición
Curso 2017 - 2018
Acordes de vida
María Pardo, 16 años
Colegio Ayalde
Quizás no nos demos cuenta, pero el mundo es una orquesta que unas veces nos emociona con sus acordes, aunque otras solo queremos que los «músicos» dejen de tocar.
Cada ser toma un papel en la melodía. Los pájaros, por ejemplo, se encargan de los instrumentos de viento. Las gotas de agua se limitan a repiquetear el triángulo, acelerando el compás a medida que avanza la tormenta. Las cigarras son expertas violinistas y el motor de los coches redobla con pasión. Durante la cena, un brindis finge tocar el xilófono, y el desliz de una copa emula el choque de los platillos.
La entrada a los conciertos es gratis, pues no hay más que guardar silencio para disfrutar de estos recitales que cada día improvisan una nueva pieza, que no siempre tiene por qué armonizar con nuestro estado de ánimo. De hecho, es posible que en tardes de estudio o de reflexión roguemos a Dios que detenga el concierto por unas horas. Mas ninguna plegaria puede silenciar la melodía, pues es ella quien da al mundo el título de vivo.
Sin percatarnos siquiera, vivimos en un concierto perpetuo. Por eso, quien ama la música, ama la vida.