XVI Edición

Curso 2019 - 2020

Alejandro Quintana

Animal civilizado 

María Gámez, 17 años

Colegio Ayalde (Vizcaya)

A sus doce años, Nico destacaba entre sus compañeros por su extraordinaria memoria y una curiosidad insaciable, cualidades que, junto con su amor por la naturaleza lo habían convertido en un experto del reino animal. Así lo demostraba su habitación: los libros de famosos naturalistas llenaban sus estanterías, y las imágenes de animales salvajes cubrían las paredes. Por eso disfrutaba cuando iba con su madre al zoo para contrastar lo que leía en su biblioteca y en internet.

De entre todos los animales, Nico sentía debilidad por los chimpancés. Le sorprendían las semejanzas que, en sus comportamientos, tienen con el hombre. Al igual que sucede con los niños, los monos más jóvenes juegan entre ellos, y cuando Nico concentraba su atención en estos juegos, percibía que alguna de aquellas crías llegaba a sonreír. 

Por su cumpleaños, su padre hizo un hueco en su apretada agenda y le acompañó al parque zoológico. Mientras Nico no despegaba la vista del cristal que le separaba de aquella jungla artificial, su padre atendía llamadas telefónicas. Nico seguía explorando el hábitat de los primates cuando su padre finalizó la última conversación, tras la cual se detuvo a unos metros del cristal para contestar una ristra de mensajes de texto. El niño observó divertido a un chimpancé que miraba a su padre, como seducido por el móvil. Aquellos dos extraordinarios seres de cualidades parecidas, estaban distanciados por la evolución. Nico reflexionó: por un momento se preguntó quién era el animal civilizado y quién el ser libre.