XIX Edición

Curso 2022 - 2023

Alejandro Quintana

Clase de Religión 

 Ainhoa Estévez, 15 años

Colegio Altozano (Alicante)

Me entristece que la clase de Religión esté infravalorada. En ella estudiamos la vida de Jesucristo, la historia de la Salvación, lo que nos permite conocer un poco mejor a Dios y la historia de la Iglesia. También nos enseñan la Doctrina católica, los comportamientos morales, la intimidad del ser humano… Pero no es lo único que aprendemos.

Hace un par de días, durante dicha asignatura, participé en un debate acerca de las creencias limitantes, un desorden psicológico que nos afecta de lleno a los jóvenes. Estas comprenden los pensamientos erróneos que nos oprimen injustificadamente, que nos cortan las alas y nos hacen considerar que somos incapaces de realizar alguna actividad que está a nuestro alcance, lo que limita la expansión de nuestra vida tal y como la merecemos.

<<No soy capaz>> y <<me voy a equivocar>> son miedos internos con los que habitualmente convivimos, que nos hacen pensar que no estamos a la altura que se espera de nosotros, provocando una autovaloración errónea acerca de nuestras cualidades y un malestar difícil de soportar. A una de mis amigas, por ejemplo, le aterra hablar en público. Aunque tenga la presentación preparada, se deja llevar por la creencia previa de que se va a equivocar. Parece que de nada le sirve la experiencia, es decir, tener presente que cada vez que finaliza una intervención, lo habitual es que rompamos a aplaudir. 

Deberíamos ver con otros ojos la clase de Religión. Hay quiénes piensan que esta asignatura resulta aburrida y carece de aprendizaje, pero a mí y a mis compañeras nos sirve, entre otras muchas cosas, para darnos cuenta de que no siempre es bueno escuchar todo lo que nuestra mente pretende imponernos. Sin duda, la Salvación también pasa por conocerse como requisito para alcanzar la Verdad.