VII Edición

Curso 2010 - 2011

Alejandro Quintana

El semáforo y la semáfora

Elena Echániz, 15 años

                Colegio Ayalde (Bilbao)  

Iba a cruzar un paso de peatones cuando me fijé en la figurita del semáforo que se había puesto en verde: tenía una falda intermitente que hacía que fuese primero el símbolo de un hombre y después de una mujer. ¿Qué significaba aquello?

Nuestra sociedad habla mucho de igualdad. Por ejemplo, en todo partido político debe haber igual porcentaje de candidatos mujeres que hombres. Sin embargo, la igualdad no significa que tenga que coincidir el mismo número de hombres que de mujeres sino darle lo que cada uno de ellos se merece, sin tener en cuenta su sexo o su número. Al decir igualdad, dejamos las diferencias aparte, no hacemos que se distingan e intentamos dar las mismas oportunidades a personas con muy diferentes aptitudes. Por continuar con el partido político, si hay noventa y nueve candidatos de los cien que se requieren y uno de ellos es un hombre con un currículo impecable y otro una mujer con un historial laboral pobre y ambos desean la plaza, ¿quién se merece el trabajo? El hombre, por supuesto. Pero, ¿qué ocurriría si hay ya cincuenta hombres y cuarenta y nueve mujeres? La llamada Ley de Paridad obligaría a elegir a la mujer,a pesar de sus carencias.

Otro ejemplo: cuando se reune una multitud de personas y quieres nombrarlas a todas con una palabra, se utilizaba el neutro, que normalmente coincide con el masculino siempre que haya, como mínimo, un hombre en el grupo. Entonces, ¿por qué ahora están continuamente diciendo “hombres y mujeres”, “todos y todas” o “miembros y miembras”? (por cierto, esta última palabra sale subrayada en rojo en mi ordenador porque ni siquiera aparece en el Diccionario de lla Real Academia Española de la Lengua). Es indiferente que haya hombres o mujeres en la sala si nos referimos al público en general. Entonces, ¿por qué se señala a cada uno de los sexos, distinguiéndole del otro Yo a esto no lo llamo igualdad.

La figura verde del semáforo que indica cuándo pueden cruzar los peatones (hombres o mujeres), representa al hombre (ser humano) en su totalidad. Ciertamente, la intención puede que busqye que mujeres y hombres sean nombrados por igual pero, al caer en el doble símbolo, los estamos distinguiendo como si fuesen especies distintas, que es justo lo que tratan de evitar los políticos. Evidentemente, la solución que han encontrado no puede ser más contradictoria. Además, si la figurita verde es un hombre desnudo, ¿por qué, para representarlo como mujer, le ponen una falda? ¿Es que las mujeres no podemos llevar pantalones?

Nuestra sociedad está mal informada sobre el significado de la palabra igualdad. Distinguimos entre hombres y mujeres para resaltar a ésta última, cuando al hacerlo lo único que conseguimos es convertirla en un ente diferente. Y ese, ciertamente, no es el objetivo.