XVII Edición

Curso 2020 - 2021

Alejandro Quintana

Estás a un click de
saberlo todo sobre mí 

Yakira Esparza, 16 años

Colegio IALE (Valencia) 

Internet, las redes sociales y el bigdata ofrecen información acerca de nuestra vida a disposición de todo aquel que la quiera usar previo pago, desde los gobiernos a cualquier empresa interesada en nuestros gustos, hábitos de compra o cualquier otro asunto de su interés. Nuestra información está a pocos clicks del que la quiera consultar.

Después de comprar algún artículo en Amazon, recibimos sugerencias sobre productos parecidos. También de otros que hemos consultado sin acabar el proceso de compra. De algún modo, alguien se ha colado en nuestra privacidad, que es una parte importante de la libertad de las personas.

Nos encontramos ante un dilema muy peligroso. Frente a los que defienden la libertad de las personas y de sus datos, hay otros que defienden que, por razones de seguridad, debemos estar sometidos a algún control. 

Es verdad que la seguridad es importante. Enfrentarse a delitos como el terrorismo y otros muchos crímenes es una cuestión de seguridad, por lo que es necesario que las autoridades dispongan de aquella información que les permita defendernos. Pero los límites no están claros y se están sobrepasando continuamente. Hay países que investigan y recopilan información de ciudadanos de otros países, sin autorización alguna. También hay grandes compañías que aprovechan la globalización para saltarse las normas como les viene en gana, y acaban comerciando con nuestros datos sin nuestro consentimiento.

Los políticos no son menos que nadie. En España se ha aprobado una Ley que permite a los partidos rastrear las tendencias de los ciudadanos. También se ha instaurado un departamento oficial para controlar las noticias que aparecen en los medios. ¿Nos están protegiendo o evitan que estemos informados?

Debemos tomar conciencia de las consecuencias que traen consigo la globalización y la digitalización. Además de aprovechar todas las ventajas que nos brindan, es hora de controlar el uso de nuestra información, del rastro que dejamos en internet, para que no la usen con fines comerciales ni partidarios.

Debemos recuperar el valor de la privacidad. Insisto; quiero recuperar mi derecho.