V Edición

Curso 2008 - 2009

Alejandro Quintana

La amistad

Carmen Gallardo, 13 años

                 Colegio Puertoblanco (Algeciras)  

Hay veces que me siento sola y me desespero, convencida de que no puedo con el mundo. Pero mi miedo pronto se disipa, en cuanto me acuerdo de mis amigas.

Las amigas son mi apoyo, mi consuelo, mi ayuda, mi protección. Son, después de mi familia, lo mejor que tengo. Y es que la amistad es uno de los fundamentos del hombre. Sin embargo, no se consigue por ciencia infusa. Es decir, aunque pueda parecer fácil hacer nuevos amigos, no lo es. Porque un amigo es algo más que una persona con la que pasar buenos ratos. Es alguien en quien confías y que te confía también su intimidad. Un amigo está junto a ti cuando le necesitas, aunque a él le venga mal o tu compañía le comprometa frente a los demás. Los amigos son especialistas a la hora de consolarte, animarte, dar la vuelta a tus problemas. Con ellos te sientes tranquilo, protegido.

Para que exista una amistad confiada, íntima, tiene que haber sinceridad, humildad, compañerismo y, sobre todo, confianza. Es cierto que no siempre es así, que en nuestra adolescencia hay enfrentamientos, mentiras y pequeños baches. Pero con ayuda de los demás no hay dificultad que no se supere.

En ocasiones dejamos paso a los celos, porque a veces la persona en la que confías se marcha con otros, pero eso es normal porque la amistad es expansiva. Nos asusta que los amigos nos traicionen algún día, pero basta examinar todo lo que nos une para que se disipe el miedo.

Si te peleas con un amigo, algo por dentro te reconcome. Para solucionarlo, lo mejor es pedir perdón. Entonces la niebla se disipa.

La amistad es difícil de explicar. Lo más sencillo es vivirla, darse a los demás.