XVI Edición

Curso 2019 - 2020

Alejandro Quintana

La ciencia de la felicidad

Adriana Rodríguez Alonso, 16 años

Colegio Valdefuentes (Madrid)

Mi abuela es una persona feliz, a pesar de que se encuentra en el último trayecto de la vida y de que ha sufrido muchas dificultades. Ella ve cómo su tiempo se va consumiendo y soporta con elegancia el dolor por la muerte de una hija. Cuando pienso en ella, recapacito acerca de la brevedad de la vida y de sus leyes, que a veces se rompen.

Ella nunca ha superado el dolor, pero ha aprendido a vivir con él. Sin embargo no pierde la ilusión por dejarse sorprender por las cosas pequeñas, por hacer cambios en su rutina que hagan que cada uno de sus días sea diferente. 

La felicidad es un estado de ánimo que hace que nos sintamos satisfechos, por habernos esforzado en la culminación de nuestros deseos o por disfrutar de lo valioso y trascendente. ¿Hay más cosas que puedan definirla? Sí: el propio camino para alcanzarla.

El día de mañana aspiro a tener una casa con un comedor en el que pueda sentar a las personas que amo. Pero si no fuera así, viviría tranquila porque a través de las ventanas contemplaría el mundo. La felicidad es un elemento personal al que adapto mi propia metáfora. Es un valor subjetivo que no trae instrucciones para conseguirla. 

Cada hombre es único en su especie, diferente a los demás miembros de la humanidad. Por eso la felicidad se encuentra en el arte de cada cual por mantener en un estado saludable sus relaciones personales; en conformarse con lo justo y necesario para vivir con dignidad; en no ser susceptibles; en aceptarnos y aceptar a los otros tal y como son; en ayudar a los demás; en intentar aportar al bien común; en que nuestro esfuerzo se tenga en cuenta; en que cada día traiga su propio sentido. Solo así la felicidad hará que sintamos que el corazón y el alma rebosen.

Las experiencias y lecciones que vamos acumulando, son elementos fundamentales en nuestro proceso de formación. Y muchas de esas piezas del gran puzle que soy, parece haberlas recortado mi abuela, que para mí es imprescindible. Su acciones y consejos nunca se borrarán.