III Edición

Curso 2006 - 2007

Alejandro Quintana

Natividad

Sandra Alemany, 18 años

                 Colegio Pineda (Barcelona)  

    Navidad: días de vacaciones, de descanso, de fiesta, de familia, de fe, de regalos, de amor. Las ciudades parecen otras con tanta música y luz. Los niños apenas lloran en estas fechas. Los abrigos y bufandas salen definitivamente del fondo del armario. Las labores solidarias ponen más planes en marcha que nunca y son muchos los jóvenes que colaboran a que ninguna familia se quede sin regalos. Se organizan espectáculos y otros eventos especiales para estos días y aparecen en cartelera nuevas películas. La gente, en su tiempo libre, frecuenta el cine y se llenan las salas.

    Una de las novedades del cine es “Natividad”. Yo la he visto, junto con mis padres, mi hermano y mi abuela. Tanto el vestuario como el decorado, el maquillaje, los efectos especiales, son espectaculares. El espectador es capaz de percatarse de la dedicación que el equipo de producción y realización ha puesto.

    Pero lo que más sorprende es cómo remueve los sentimientos del espectador. Cuando terminó, a pesar de que éramos veinticinco personas en la sala, nadie se levantó. No se oyó nada. Todos permanecíamos reflexionando. Fue mi padre quien rompió el silencio con un: “qué buena”.

    El personaje de San José fue el que más me gustó. Ese hombre luchó en silencio cuando supo que todo lo que ocurría era voluntad de Dios. Aceptó y amó a María, quien regresa con un visible embarazo de la visita a su prima Isabel. Pero juntos tiran adelante, haciendo caso omiso de los comentarios de la gente. María afirma que Jesús tendrá un buen padre, un hombre que se olvidó de sí mismo y se dio a los demás.

    Los Reyes Magos aportan un tono cómico a la película. También un pastor con quien María y José paran a reposar, despierta la emoción. Para saber por qué, hay que ir a verla.

    “Natividad” es una cinta emocionante, una auténtica historia de amor. En varias ocasiones se siente un cosquilleo en el estómago producido por la tensión. En otros momentos uno se ríe. Pero también tiene sus partes tiernas y profundas, en las que cuesta contener una lágrima.

    Desde una panorámica histórica, el guión se ciñe al relato de la Biblia. En pocas ocasiones podemos ver películas que transmitan tantísimos valores. Es a estos largometrajes a los que tenemos que apoyar si luchamos por un mundo mejor.