XIV Edición

Reconectar

Daniela Ríos, 17 años

  Colegio Senara (Madrid)  

«¡Se te van a quedar los ojos cuadrados!», me decía mi madre cuando consideraba que ya llevaba mucho tiempo viendo la televisión. Esa misma frase, algunos años después de aquellas advertencias, viene frecuentemente a mi mente en el parque, en el transporte público o en los restaurantes, al ver a los demás (e, incluso, al juzgarme a mí misma) absortos en la televisión particular, las aplicaciones de redes sociales en el teléfono móvil. El interés por lo que sucede en la vida de nuestros conocidos y no tan conocidos, la preocupación por capturar cada momento con la intención de compartirlo con nuestros seguidores, la expectación por las reacciones que pueden generar nuestras publicaciones, hacen que dejemos de disfrutar muchos momentos. Lo que importa son los recuerdos que dejamos en la memoria, no lo que se acumula en una tarjeta digital.

Navidad, Año Nuevo, Semana Santa, veranos, fines de semana, puentes y escapadas fuera de la ciudad, son ocasiones en las que nuestros perfiles en las redes sociales parecen estar al borde del colapso a base de fotografías y vídeos, con o sin sus correspondientes textos. Sin embargo, también son los mejores momentos para compartir lo que somos con nuestros seres queridos, sin disfraces y sin esperar sus aprobaciones. Por tanto, son días perfectos para desconectar del mundo digital y reconectar con nuestro entorno, celebrando los motivos por los que nos reunimos.

No esperemos a tener los ojos cuadrados, como decía mi madre, para darnos cuenta de la importancia que tiene el disfrutar los buenos momentos con buenas compañías y de lo bonito que es ver el mundo a través de nuestros ojos, en vez de a través de la pantalla del móvil.