VI Edición

Curso 2009 - 2010

Alejandro Quintana

Sábado por la tarde

Beatriz Martínez Orbegozo, 17 años

                 Colegio Ayalde (Bilbao)  

Si hiciéramos una encuesta entre los jóvenes, preguntando cuál es su día preferido de la semana, con certeza la mayoría contestaría que el sábado. El sábado está especialmente dedicado a los amigos, ya que nos da pie a conocerlos más, mejor y en otros ámbitos distintos al escolar. Sin embargo, resulta chocante la idea de diversión que se extiende entre la juventud.

Si hace años podíamos ver los bancos de los parques ocupados por grupos de amigos tomando unas pipas, ahora están vacíos u ocupados por gente de otro grupo generacional (principalmente ancianos o niños).

¿Dónde se meten, pues, los chicos y chicas los sábados por la tarde? Hemos llegado a un punto de excesivo consumismo y éstos no pueden divertirse sin gastar dinero. No hacer uso de los euros es como “no hacer nada”. Pasar una tarde entre amigos, hablando sentados en un banco, tal y como hacían nuestros mayores, les parece una tontería. Por tanto los encontraremos en el cine, en la bolera, de tiendas…, sobre todo en bares, discotecas y plazas “haciendo litros”.

Se han sustituido las pipas por el alcohol, el deporte por el cine. ¿De esa forma se conoce a los amigos? Si van a beber, lo más probable es que se emborrachen (difícil intimar con una persona ebria), y si van al cine tendrán la atención fija en la pantalla, apenas podrán hablar.

Para muchos jóvenes, si no hay alcohol y fiesta no hay diversión. No les cabe otra posibilidad en la cabeza: siempre la juerga. Sin embargo, a muchos les resulta repetitivo divertirse siempre de la misma manera, pero tienen miedo de proponer otros planes, no les vayan a considerar unos “pringados”.

Está en nuestra mano demostrar a nuestros amigos y conocidos que hay muchos modos de pasárselo bien sin necesidad de meter el alcohol o el dinero en medio. Por ejemplo, practicar algún deporte o hacer voluntariado. Nos lo agradecerán.