VIII Edición

Curso 2011 - 2012

Alejandro Quintana

Sonreír, seguimos aquí

Georgina Blasco, 15 años

                  Colegio La Vall (Barcelona)  

De tanto hablar de la crisis económica, tengo la sensación de que la sociedad entera se ha dejado encerrar en una cueva de pesimismo. Y aunque es cierto que las finanzas mundiales no van bien, que crece el desempleo y que hay familias que lo pasan muy mal para llegar a fin de mes, no es menos cierto que el mundo sigue girando sin haberse desquebrajado, por lo que hay razones para la esperanza y el optimismo.

Sentía la necesidad de recordar que cada día supone un reto, por lo que no merece la pena iniciarlo con mala cara. Si empezamos la jornada con aire sombrío, contagiaremos nuestro pesimismo y mal humor allí donde vayamos.

Una buena fórmula para evitar sentirnos desdichados consiste en ponerse a cantar, aunque los demás juzguen que hemos perdido la cabeza. Si cantamos a pleno pulmón, si nuestros pensamientos se centran en las personas que amamos o si a nuestro trabajo le damos un auténtico sentido de servicio… ¡Las cosas comenzarán a cambiar!

Los hombres tenemos la ventaja de poder superar los contratiempos con una sonrisa en la boca, animando al resto de gente a ser también optimista.

Si tenemos en cuenta todo lo que nos ha sido concedido, es más fácil sentirse afortunado y satisfecho y transmitir este sentimiento a otras personas.