X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Todo cambia cuando leemos

Lucy Walker, 14 años

                Colegio IALE (Valencia)  

Acabo de terminar de leer la novela inglesa “Evermore”. Cada página que pasaba, me gustaba un poquito más.

Cuando era más pequeña no quería saber nada de los libros. No entendía por qué mi madre se pasaba las horas leyendo novelas larguísimas. Algunas se las acababa en una tarde. De hecho, se fulminó en dos días un libro de más de mil páginas…

Ella me compraba muchísimos libros que nunca me molestaba en leer, hasta un día en el que me aburría tanto que decidí coger uno de ellos al azar. Al cabo de un rato, me encontré pegada al texto. Necesitaba saber qué iba a suceder a continuación de cada página. Desde entonces, no puedo estar tranquila si no tengo una novela sobre la mesilla.

Cuando leo, me adentro en un mundo nuevo que se crea a partir de mi imaginación. Olvido todo lo que hay a mi alrededor y sólo existo para la trama del libro. Al final del día, cuando me siento con mi novela, por fin logro olvidarme de los deberes, los exámenes, los entrenamientos de equitación, etc.

Me entristece saber que a muchos de mis amigos no les gusta leer, que prefieran ver la televisión o perder las horas con una maquinita. Pienso que no han tenido la suerte de encontrar un buen libro, que nunca se han revestido con la piel de sus protagonistas, que no han sido capaces de crear un mundo de ficción a partir de las palabras impresas.