XI Edición

Curso 2014 - 2015

Alejandro Quintana

Vivir en papel

Cristina Cordero, 15 años

                 Colegio Tierrallana (Huelva)  

Habían pasado varias décadas desde que las páginas de un libro en blanco absorbieron mis historias. Quién me hubiera dicho que mis personajes viajarían más de lo que yo he podido.

Indagué en el viejo baúl de mis relatos y vi a la pequeña Rosa vagando por las calles de una ciudad gris. Después, al valeroso Zode luchando por su patria. A Federico, enseñando Literatura en la humilde escuela de la comarca. Por último, a Pablo, que aún seguía persiguiendo a su tigresa azul, Zafiro.

Les echaba de menos a todos. ¡Quince años hacía desde la última vez que hablé con ellos!

<<Habrán crecido>>, pensé. Rosa será una joven, aunque conservará sobre su pálido rostro los rizos rojizos. ¿Se habrá casado Zode con su amada? ¿Estará cuidando de unos hijos? Y Federico, ¿se habrá jubilado? ¿Se sentará en una butaca con un libro en las manos? Pablo, Pablo… ¡Qué mayor tiene que ser! Habrá cambiado su infantil rostro redondo, aunque seguirá apoyado sobre el lomo cielo de su tigresa.

Mi vista comenzó a nublarse con las lágrimas: era yo quien les había regalado la vida de una manera humilde y desenfadada. Mis personajes no solo eran de mi creación; son pedazos de mí.

Acto seguido una sonrisa se imprimió en mis pómulos. He aprendido mucho desde que comencé a luchar contra el horror vacuo de un escritor novato. Sin percatarme, he vivido tantas veces que podría morir en paz.