II Edición

Curso 2005 - 2006

Alejandro Quintana

Amor prohibido

Cristina Arranz, 16 años

                 Colegio Entreolivos (Sevilla)  

    Hoy voy a escribir allí donde me lleve la pluma, donde se le antoje a mi alma. Podré decir tonterías, tal vez, pero nadie podrá criticarlas. O verdades que nadie sabrá. Porque quiero hablar del amor prohibido, aquel sentimiento que nace en secreto y muerte en silencio. A veces, incluso, no muere.

    A aquellas personas que compartan mi sentimiento, les doy mi consuelo. ¿Por qué no nos unimos en este dolor común?

    En abril del 2005, una joven escribía en su diario:

    “(...) así pues, te dedico con estas líneas mi último adiós. Ya no habrá otro, por que este es el definitivo. Espero que todo te vaya bien sin mi amor, aquel que te he dado en silencio, sin que tú lo supieras.

    El mejor amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más. Tú me lo has dado y por eso te debo todo lo que soy ahora. No sé si conoces lo que es el amor, lo que es amar. Ni siquiera sé si alguna vez lo has experimentado. Pero tienes a alguien que lo ha vivido por ti.

    El amor es como un corazón que late y deja de latir. Debes aprender a convivir con él en los buenos y en lo malos momentos. A lo mejor tú no lo entiendes, pero yo si lo ha llegado a comprender; he aprendido a convivir con mi corazón herido y aunque te he perdido, a ti, mi amor en sueño, he ganado más. He crecido en el amor, como creo que tú, por el contrario, no has podido hacer con aquella a la que decías “mi novia”. Aquellas palabras que recuerdo que me hacían tanto daño. Solo espero que si nos volvemos a ver…”

    Una semana después, volvía a escribir;

    “(...) Te prometí no volver a nombrarlo. Sé que me jure a mi misma olvidarte. Pero fui muy ingenua al pensar que lo lograría. Aquel día, mientras escribía, me sentía muy fuerte, pero hoy le he vuelto a ver, y ¡no puedo!

    Cada día que pasa me vuelvo a enamorar más y más de él, como si fuese la primera vez, ¿Cómo evitarlo? ¿ De dónde sacar fuerzas renovadas? ¿Dónde ahogar mis penas? Cada día pienso que son muchas cosas las que nos unen y muchas más las que nos separan. Es increíble que la felicidad de dos, cueste la infelicidad de uno.

    Me despido con un puñal en el corazón.

    Intercede por esta alma que no pude vivir. Donde quiera que estés, te mando un saludo repleto de lágrimas”.