III Edición
Curso 2006 - 2007
Andrés
Isabel Asensio, 16 años
Colegio Altaviana (Valencia)
Andrés es ucraniano. Casi roza los cincuenta años. De joven fue rubio, aunque ahora el poco cabello que le queda se ha tornado plateado. Tiene los ojos azules y su mirada inspira seguridad, como si antaño hubiese sido un hombre fuerte. Es soldador. Sin embargo, trabaja de gorrilla en mi calle: ayuda a la gente a aparcar sus coches a cambio de una propina. Con esas monedas compra menos comida de la que necesita para alimentarse.
Andrés lleva tres años esperando la llamada de una empresa que le ofrezca trabajo. Así conseguirá un permiso de residencia. Pero sin trabajo no hay permiso.
Los días de fiesta agradece un bocadillo y una cerveza con un humilde valenciano.
Andrés no tiene casa. Duerme en coches abandonados o a la intemperie, donde pasa más miedo que frío. El invierno pasado alguien le dio unas botas, que Andrés tuvo que abrir por los talones, ya que eran tres números más pequeñas que la talla que él usa. "Valen para el verano”, me dijo enseñándome los pies.