VI Edición

Curso 2009 - 2010

Alejandro Quintana

Bodas de bisutería

Lucía Mosquera, 16 años

                 Colegio Montespiño (La Coruña)  

En mayo mis abuelos celebran sus Bodas de Oro: cincuenta años de matrimonio; medio siglo juntos... Es envidiable. Yo espero en un futuro estar tanto tiempo junto a la persona que quiero.

Según datos extraídos del CIS, uno de cada tres matrimonios españoles termina en divorcio. Se trata de una cifra alarmante que me lleva a plantearme dos preguntas: ¿Por qué la gente decide terminar con esta unión? O, lo que es más importante, ¿conocemos realmente el significado del matrimonio?

Hoy nos da miedo el compromiso y buscamos probaturas (por ejemplo, la convivencia antes del matrimonio) o pensamos que es posible construir una vida en común, pero evitando el sacrificio por la otra persona. Por tanto, no es que la población del siglo XXI no esté preparada para el matrimonio, sino que es muy probable que desconozca verdaderamente en qué consiste.

Amar a alguien es olvidarse de las necesidades de uno para preocuparse por las del otro. No existe la persona perfecta; resulta inútil empeñarse en buscarla. Mi abuela no es que sea un as de la cocina y resulta muy cabezota cuando se le lleva la contraria, pero sigue con mi abuelo, los dos la mar de contentos, con sus defectos y diferencias, apoyándose siempre en lo bueno y en lo malo.

Si llevan tantos años juntos, no es porque sean unos anticuados sino porque se quieren más que el día en el que se conocieron. Por si fuera poco, han sabido transmitir ese amor a sus siete hijos y a sus quince nietos. Es el amor que he recibido yo, el que espero transmitir a mis hijos.