X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Cambiar las injusticias

Reyes Hernández, 14 años

                 Colegio Entreolivos (Sevilla)  

Gracias al colegio hemos empezado a hacer actividades de voluntariado. Al principio pensé que íbamos obligadas o que si nos habíamos apuntado era por no hacer un feo. Sin embargo, los que hemos tenido la oportunidad de ayudar a los más necesitados sabemos que estas actividades nos ayudan a salir por un momento de nuestra situación acomodada. Es decir, los que más sufren nos ayudan a comprender que nuestros problemas no son, realmente, problemas. Problemas son la vida de las familias a las que acabamos de repartir comida o la abuelita que está en el asilo o la chica de nuestra edad que no puede acudir al instituto porque debe trabajar para sacar adelante a su familia.

La pasada Navidad conocí a un matrimonio al que, el día anterior a mi visita, le habían comunicado que el nieto que estaban esperando traía un síndrome muy poco común en España. No pararon de llorar durante el tiempo que duró mi visita. De alguna manera, fue una suerte que pudieran desahogarse conmigo.

¿Qué me llevé yo de esa visita? Salí como una persona distinta, mucho más agradecida de todo lo que tengo y dándome cuenta de que nada de lo que he conseguido ha sido por mérito mío sino por unas circunstancias favorables, una familia que me quiere y que ha podido sostener mi educación.

A nuestra edad nos confunden tantas desigualdades e injusticias. Lo cómodo sería cerrar los ojos pero con el voluntariado he aprendido a soñar con cambiarlas. De este modo la solidaridad es el motor que nos lleva a buscar soluciones para todos los problemas.

Cuando somos solidarios, ésta frase adquiere su total sentido: <<cuánto más das, más recibes>>.