II Edición

Curso 2005 - 2006

Alejandro Quintana

Cartas a un misionero

Virginia de Pascual, 15 años

                 Colegio Canigó (Barcelona)  

Getxo, 7 de febrero de 2005

Querido padre Ángel:

Antes de todo, le tengo que felicitar por el enorme trabajo que está haciendo en el pueblo de Wukro Estoy impresionado. Usted tiene a su cargo a muchísimos niños, también trabaja en un programa de apoyo a prostitutas y en proyectos educativos y de reforestación, y tiene acogidos en la actualidad a mil cincuenta huérfanos. ¡Esto no se ve todos los días!

Tengo veinticuatro años y vivo en Vizcaya, concretamente de Getxo. Le conocí a través de una amiga mía de San Sebastián, que colabora con la ONG que le manda dinero para sus niños: Jangela Solidaria. Desde el momento que conocí su historia, me interesó y me quise poner en contacto con usted. Estoy estudiando Ingeniería Superior al mismo tiempo que Administración y Dirección de Empresas. Como proyecto final de carrera, me gustaría construir un colegio que pueda ser provechoso para Wukro. Le escribo para que me pueda contestar brevemente, puesto que su tiempo en Etiopía es de oro. (•••)

Getxo, 3 de mayo de 2005


(•••) Muchas gracias por contestarme. Todos los elogios que he oído de su trabajo en esas tierras son escasos. ¡Me parece imposible sacar adelante a tanta gente con tantas dificultades! ¡Por supuesto que voy a aceptar su proposición! ¡Por supuesto que iré a Etiopía! El viaje lo realizaré con un amigo, del 1 de julio al 15 de agosto, seis semanas para descubrir otras realidades. Hay mucho que hacer en el mundo; prueba de ello es la innumerable lista que me hizo con los obstáculos. Dado que la sociedad española es tan egoísta que no ayuda a los países del tercer mundo, yo no puedo permanecer parado. Voy a dar todo lo que pueda de mí en Wukro, ayudando en todo lo posible. Espero que pueda hacer mucho. No hace falta que conteste; nos veremos pronto.

Getxo, 26 de septiembre de 2005


Querido padre Ángel:

(•••) Ha sido una experiencia única, inolvidable. Tengo un gran afecto hacia usted. He aprendido mucho a su lado. Muchas gracias. Me ha enseñado que es una gran fortuna la que algunos tenemos en Occidente, pero que olvidamos que algunos no tienen nada. Nuestra felicidad depende del bienestar, pero en Wukro, como me dijiste, el 97% de los casos de tuberculosis se deben a una mala alimentación que provoca bajas defensas.

En Wukro no se da abasto, no tienen suficiente dinero para todos, no se puede alimentar bien a los niños huérfanos, cuya cifra se ha triplicado en los dos últimos años, aunque siguen viviendo en sus casas bajo la autoridad de sus hermanas de doce, trece y catorce años, pues con esa edad ya son maduras y responsable. Usted considera que el hogar es un entorno mucho más humanizado que un orfanato.

Padre Ángel, usted les entiende, les comprende y les cuida… Es impresionante ir por las calles preguntando a los niños quién es su padre, pues te responden: “abba Melaku” (“padre Ángel” en Amárico). Sorprende contemplar a la gente salir de sus casas cuando usted va por la calle; en Wukro todo el mundo le quiere como a un verdadero padre. Además, usted no se conforma sólo con ayudar a los niños, sino que busca trabajo a los adultos de Wukro.

No basta con ir un verano a Wukro, realizar planos y ayudar a dar de comer a los más pequeños. Allí me he dado cuenta de que usted necesita más recursos para combatir el hambre. Por ese motivo, he creado, con la ayuda de mis amigos, una asociación llamada África Nos Mira. Todo el dinero que logremos, irá para Wukro. Pronto le enviaré los planos del comedor y las cocinas para Wukro. Espero que le sea de ayuda. Un abrazo y cuídese mucho, que los niños le necesitan,

Javier Basterra