X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Copa tras copa

María Dolores Ruiz Gómez, 15 años

                 Colegio Entreolivos (Sevilla)  

Algunos jóvenes no son conscientes de las repercusiones del abuso de las bebidas alcohólicas. Creen que es normal tomarse seis copas en una noche, que si no se emborrachan no hay diversión. Pero hay muchas personas que no necesitan beber en exceso para pasar un buen rato, aunque otros lo necesiten para relacionarse con los demás.

Ahora las chicas también beben en exceso. Muchas s lo han incorporado a sus salidas nocturnas y empieza a ser habitual encontrarte con algunas completamente borrachas. Si hace unos años sólo los chicos tenían “el derecho” de beber más de la cuenta, ahora se ha generalizado esta discutible igualdad.

Es una postura cómoda exigir al poder público unas medidas específicas que eviten el abuso del consumo de alcohol entre los jóvenes. Sin embargo, me parece necesario limitar la venta de bebidas alcohólicas mediante el incremento del precio o de los impuestos de dichos productos. También aconsejaría la difusión de campañas de concienciación acerca de los daños que la bebida puede provocar.

No encuentro diversión en beber por beber. Si quiero tomarme una cerveza, prefiero que sea durante un encuentro social de cierta importancia. El abuso en su consumo podría provocarme consecuencias muy negativas en una futura maternidad.

Las cifras de consumo abusivo de alcohol entre los jóvenes son alarmantes. Beber forma parte de nuestra cultura, pero las personas que se inician en la bebida cada vez son más jóvenes. Por tanto, no son conscientes de lo que puede producir su abuso constante sobre el organismo. No puede ser que la diversión se base siempre en tomarse una copa tras otra, no puede ser que los fines de semana se conviertan en un caos que termina en las urgencias de un hospital.