III Edición

Curso 2006 - 2007

Alejandro Quintana

Cosas de niños

Carmina Alvarez Llanes, 16 años

                  Colegio Aura (Tarragona)  

    Cada mañana, cuando voy al colegio, me siento obligada a escuchar la radio. No por que yo sienta un apasionado interés por las noticias de las ocho y cuarto, sino porque el conductor de mi autobús sí que lo siente.

    Primero dan el parte local, después los deportes y, finalmente, comienza una tertulia sobre lo mal que lo hace la oposición. No digo que criticar sea bueno o malo, sino que cada cadena se decanta por uno u otro partido político, y escuchar la radio a esas horas es oír una cascada de quejas, críticas y manifestaciones radicales contra el adversario ideológico. Todo esto me influye y acabaré odiando la política. De hecho, gracias a la radio empiezo el día con mal talante.

    No entiendo tanta intransigencia. ¿Costaría mucho reconocer algo positivo en los que gobiernan, en los que pretenden gobernar después de las próximas elecciones, en los que ya han gobernado? ¿Es tan difícil lograr una sana intención crítica, sin tanta agresividad? ¿Sería posible darles a entender que nadie puede estar permanentemente en posesión de la verdad?