XVII Edición

Curso 2020 - 2021

Alejandro Quintana

“Cubismo”

Raquel Andreu, 17 años 

Colegio IALE (Valencia) 

Un pintor arruinado se encontraba sentado en el sofá de su casa. En frente de él, apoyado en la alfombra, había un gran lienzo en blanco. Hacía tiempo que no pintaba, ni promocionaba su obra ni vendía un solo cuadro. Ocupaba las horas en maldecir su suerte y llorar su desgracia, pues había perdido la habilidad para manejar los pinceles. En aquel momento, con una mano sostenía un bocadillo de ensaladilla rusa y con la otra trataba de resolver un cubo de Rubik, cuyas piezas estaban tan desordenadas como su propia vida. 

Con la falta de coordinación que le caracterizaba, giró algunas de las piezas del juguete con la intención de resolverlo, pero cuanto más cambiaba de posición aquellos cuadraditos de colores, más se alejaba del patrón que pretendía conseguir. 

Agarró con fuerza el bocadillo en su otra mano, se concentró, miró fijamente a su inanimado rival y realizó el siguiente movimiento. Otro giro, más fuerza, arriba, izquierda, más fuerza, derecha, abajo… !Ups!...

Miró a sus pies: en su ensimismamiento con el maldito cubo había presionado demasiado el bocadillo y la ensaladilla se había resbalado por el pan espachurrado, para quedarse desperdigada por el suelo, manchando de mayonesa la bonita alfombra que tan cara le había costado.

Se levantó para tratar de arreglar el estropicio. Antes de buscar un trapo para limpiar la alfombra, dejó el cubo de Rubik sobre uno de los cantos del lienzo, se puso de rodillas y comenzó a frotar. 

<<Todo en mi vida está desordenado. También el cubo y, ahora… esto>>, farfulló, enfadado consigo mismo.

Pero al levantar la vista descubrió que el lienzo se había llenado de colores y rayas, y que el cubo, antes policromado, se había quedado completamente blanco.

Al día siguiente consiguió la primera venta después de mucho, mucho tiempo.

–Lo he titulado “Cubismo” –se ufanó ante el galerista.