XV Edición

Curso 2018 - 2019    

Alejandro Quintana

Dos años en Miami

Álvaro de Montis, 15 años

 Colegio El Prado (Madrid) 

En julio de 2015, después de llegar de un campamento de verano en Inglaterra, mis hermanos y yo recibimos una gran sorpresa por parte de mis padres. Nos sentaron en el salón para contarnos que, a causa del trabajo de mi padre, íbamos a mudarnos a otro país: Estados Unidos de Norteamérica.

El 25 de septiembre, después de ocho horas y media de vuelo, llegamos a nuestro destino, Miami.

Nuestro nuevo lugar de residencia se llamaba Key Biscayne, una isla conectada por carretera con el Continente. Después de unos días de exploración, empezamos el colegio, KBCS. Los primeros días fueron para mí algo extraños, ya que apenas hablaba el idioma y no conocía a nadie, aunque fuera de las aulas muchos compañeros hablaban español.

Poco a poco nos fuimos integrando. De hecho, me hice muchos amigos españoles. Pero, acostumbrado a sacar buenas notas en España, el primer curso se me hizo algo cuesta arriba.

En el colegio aprendí sobre muchas culturas, ya que mis amigos eran naturales de Venezuela, México, Argentina… El colegio acababa a las tres y hasta las cinco de la tarde hacía las tareas y estudiaba para, una vez terminadas mis obligaciones, acercarme con mi padre y mis hermanos a la playa de la urbanización o a la piscina.

Aquella urbanización era enorme. Además de la playa y seis piscinas, disponía de doce canchas de tenis, sala de juegos y un gimnasio, además de un precioso jardín. Si unas tardes jugaba al tenis con mis amigos, y después nos bañábamos un rato, otras tenía entrenamientos y competición de baloncesto.

El curso siguiente nuestros padres me cambiaron de colegio. El nuevo se llamaba Mast Academy, para chicos de más de trece años. Empecé algo asustado, ya que era más exigente y mandaban muchos más deberes. A principio de curso había días que me desesperaba hasta las lágrimas porque apenas entendía a los profesores. Comencé a pedir ayuda a amigos sudamericanos que tenían un alto nivel de inglés. Poco a poco cambiaron las cosas, mejoré los resultados académicos y recibí también el apoyo de los maestros. De hecho, acabé el curso con todas las asignaturas aprobadas con sobresaliente, un montón de reconocimientos y varios diplomas.

Un 22 de junio de 2017 regresamos a España. Nos marchamos de Miami con una buenísima colección de recuerdos y con muchas amistades. Aquellos dos años fueron una experiencia que no olvidaré.