XIV Edición

Curso 2017 - 2018

Alejandro Quintana

El calor de una sonrisa 

Silvia Marcé, 17 años

                    Colegio Ayalde (Bilbao)  

Sus zapatos de piel descolorida chirriaban con cada paso, y la lluvia empapaba su chaqueta. Era una llovizna casi inexistente, como si el vacío que sentía fuese tan irrelevante que la lluvia ni siquiera se hubiese molestado en presentarse. Se paró en medio de Times Square, mientras decenas de hombros apresurados golpeaban los suyos. Parecía que no hubiese ruido, a pesar del ajetreo que le rodeaba.

Abrió su manta, se sentó en un portal y sacó el cartel y la lata vacía. Tan vacía como las miradas de los transeúntes. Tan vacía como el espacio que él ocupaba. Y cuando alguien entraba a la tienda, él repetía con voz monótona «Buenos días, señor», «Buenos días señora», mientras sus palabras se desvanecían cada vez que le volvían a ignorar.

El tintineo de unas monedas, el olor a pan caliente y la sonrisa afable de una joven sacaron al vagabundo de su ensimismamiento. Hoy no solo iba a comer y ahorrar: hoy iba a sentirse un poco menos solo. «¿Qué es regalar felicidad? Es como regalar una sonrisa, pero sin el cómo» pensó mientras el calor de aquella sonrisa le calentaba allí donde no llegaban la lluvia, el frío, las monedas ni el pan.