XIV Edición

Curso 2017 - 2018

Alejandro Quintana

El líder de tu vida 

María Ferrández, 16 años

                Colegio Altozano (Alicante)  

Desde pequeños escogemos unos ejemplos a seguir, que hacen la función de los líderes o de los héroes. Como juego al tenis, escogí a Rafa Nadal como un espejo, tanto en lo deportivo como en lo personal, ya que todo lo que hace y conocemos denota valentía, fuerza y entusiasmo. Además, es una persona muy representativa en todos los ámbitos, y como tal aparece en numerosas campañas publicitarias. Por tanto, incluso quienes no juegan al tenis deben tenerlo en cuenta, puesto que transmite numerosos valores.

Nadal practica un juego interno, con el que es capaz de tomar decisiones rápidamente. Además, siempre cuenta con la ayuda de su entrenador, en quien se apoya en los buenos y en los malos momentos. Quizá todos deberíamos escoger un coach que nos comunique lo que necesitamos para mejorar en todos los ámbitos.

No quiero decir que todos los adolescentes quieran tener a una celebridad que les guíe, pues la mayoría deciden imitar al líder de su grupo del colegio, restando su capacidad de elección y limitando su personalidad. Tambié ocurre cuando siguen a las personas que arrasan en las redes sociales y, sin embargo, no transmiten ningún contenido interesante.

En realidad, los jóvenes ponemos límites a la hora de ser nosotros mismos líderes de nuestra propia vida. A mi generación, denominada coloquialmente como «Generación Z», nos falta libertad a la hora de elegir.

Por tanto, si nos paramos a pensar, nos damos cuenta de que podemos seguir a líderes influyentes que nos aporten mucho o seguir a líderes influyentes también, que no nos aporten nada. Por ejemplo, el papa Francisco tiene millones de seguidores en las redes sociales y es una persona que aporta, ¡vaya si aporta!, a creyentes y no creyentes. Y hay influencers que también tienen millones de seguidores, pero lo único que hacen es subir fotos en las que muestran el lujo en el que viven, pero no sabemos ni siquiera si se sienten a gusto consigo mismas. Por eso tenemos que tener la capacidad de elección y valorar qué es lo que necesitamos.