X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

El mundo vacío

Carmen Koerts, 17 años

                  Colegio Canigó (Barcelona)  

<<Cada paso que doy me cuesta más. Levantar un pie del suelo, después el otro y empujar mi cuerpo hacia adelante, pronto se convertirán en tareas imposibles. Las gotas caen, duras y punzantes, atravesándome. La lluvia sobre mí es como una gruesa manta. Me siento protegido por ella, aunque me duela.

>>Mi mirada sigue fija sobre mis zapatos, cómo uno se arrastra al lado del otro, cómo consiguen dar pasos lentos y cortos.

>>Me envuelve un denso silencio, como si me encontrara en el interior de una burbuja. No oigo mi respiración ni el ritmo de mi corazón. ¿Seguirá latiendo todavía?... No lo creo. No, después de lo que ha pasado.

>>Sigo caminando, cada vez más despacio. No sé hacia dónde voy. Se me ha olvidado mi destino. ¿Por qué, entonces, sigo esforzándome en andar?

>>Mi error ya no tiene solución.

>>Me pregunto si ella seguirá amándome. Si me mirará a la cara. No sé ni si yo podré mirarme al espejo después de lo que he hecho>>.

***

Mientras Matías trataba de decidir, la gente a su alrededor entraba o salía del Metro. A nadie le importaba el caos mental del pobre chico. Le empujaban desde todas las direcciones, enredando sus paraguas en su pelo. Pero él no se daba cuenta. Estaba inmerso en su mundo, ajeno al exterior, sumido en sus pensamientos, ensimismado. Y en la mente de cada uno de los transeúntes que pasaban sucedía lo mismo: cada uno estaba en su propio mundo, como si ya no hubiese un mundo común a todos.