V Edición

Curso 2008 - 2009

Alejandro Quintana

En defensa de las
Humanidades

Marina García Badía, 17 años

                Colegio Senara (Madrid)  

Las humanidades son la base de las Ciencias, el principio de la razón, el pilar sin el cual toda actividad humana se derrumbaría. Es el lenguaje la base de la comunicación, sin la que no podríamos expresar nuestros sentimientos o transmitir nuestro conocer.

La ética es la forma de diferenciar el bien del mal para poder encaminarnos hacia un mejor vivir en sociedad. La Historia es el estudio del pasado que nos ayuda a entender el presente y nos indica los errores que no deberíamos volver a cometer. Y la Filosofía es el máximo indicador de la razón humana, que se pregunta de dónde vengo, a dónde voy y cómo es este mundo que me rodea.

Sin embargo, a pesar de su importancia medular, las Humanidades parecen haber caído en desgracia. En una sociedad en la que lo único importante es lo útil, lo inmediato, las ciencias tratan de rellenar en vano el hueco que van dejando las letras. De esta manera, surgen profesionales cada vez más especializados y a la vez más incultos. Ya lo dijo Pascal en el siglo XVII “vale más saber alguna cosa de todo que saberlo todo de una sola cosa” y lo remarcaba Ortega y Gasset al insistir que “la máxima especialidad equivale a la máxima incultura”.

El hombre no necesita sólo lo útil, porque necesitamos mucho más que satisfacer nuestras necesidades primarias. Nos hacemos preguntas y buscamos respuestas. Necesitamos la belleza, más allá de su eventual utilidad. Precisamente por la naturaleza humana, la Ciencia es insuficiente: las Humanidades completan las ciencias y cubren unidas todas las áreas de la razón humana.

El ser humano no es gregario sino individual, con opinión propia obtenida del análisis de los conocimientos adquiridos. Sin manera de entender el mundo que le rodea, no puede formarse una opinión auténtica e la realidad. Sin cultura estamos condenados a ser dirigidos por otros y a adoptar las opiniones de otros.

Un pueblo que no sabe leer ni escribir, es un pueblo fácil de engañar. Eso es lo que pasará si las Humanidades no regresan a las aulas y recuperan el lugar perdido. Porque las Humanidades forjan la cultura y sin cultura no podemos opinar ni criticar y, por tanto, acataremos lo que se nos ordene o dicte la mayoría sin oponer resistencia. Así, los gobernantes tendrán poder absoluto sobre el pueblo y establecerán un pensamiento único.

Los escolares tenemos derecho a una educación completa que incluya las Humanidades, que son tan importantes como las Matemáticas o la Física. Tenemos ese derecho porque tenemos el deber de ampliar nuestro conocimiento para transmitirlo a nuestros hijos, para que ellos sepan un poco más del mundo y de ellos mismos.