X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Fútbol y mucho dinero

Francisco Javier Merino, 15 años

                 Colegio Mulhacén (Granada)  

El fútbol es el deporte rey dentro y fuera de España, pero despierta sensaciones enfrentadas: algunos no lo consideramos un simple deporte sino una maravillosa pasión; otros lo ven como un negocio muy rentable. También hay un gran grupo de periodistas, aficionados y ciudadanos que entienden el fútbol como los cientos de millones de euros que cobran Cristiano Ronaldo o Leo Messi, por poner un ejemplo de dos jugadores paradigmáticos de clubes tan poderosos como el Real Madrid o el Barcelona.

Los futbolistas no son los únicos cuyos sueldos están bajo sospecha. También los que reciben otros deportistas de élite. El problema de estos asombrosos salarios es que se publican en el peor momento, cuando millones de personas se han quedado sin trabajo o ni siquiera llegan a conseguirlo. Pero, más allá de la demagogia, ¿conocemos las razones por las que estos hombres son tan ricos?

Para empezar, estos deportistas son únicos. Un socorrista puede salvar vidas, pero como él hay millones. Es decir, la mayoría de las personas pueden especializarse en una profesión si se lo proponen, pero el mundo del deporte funciona de una manera totalmente distinta. Para llegar a la cima hacen falta dos cosas: talento y trabajo duro. Lo primero es algo con lo que no todo el mundo nace. Puede parecer un tópico, pero es verdad. Por ejemplo, en la entrega del Balón de Oro del año 2013, el galardonado fue Ronaldo. Subió a por su premio y se emocionó, pero no creo que por superar las candidaturas de Messi y Ribéry. Al oír su nombre debió pensar en todo el esfuerzo realizado para pasar de ser un chico pobre aunque talentoso, a recibir el máximo reconocimiento futbolístico con el que puede soñar un jugador.

Pero esta no es la única razón por la que tantos deportistas son multimillonarios. Tampoco hay que olvidar que el mundo del que forman parte, el del espectáculo, tiene como objetivo generar dinero y, en este caso, lo hace en cantidades astronómicas. Si los futbolistas de élite cobran muchísimo dinero, generan aún más.

Por tanto, estas pagas astronómicas están bien justificadas. Es cierto que son enormes, pero estos hombres son especiales y ayudan a otras industrias (publicitarias, deportivas e incluso solidarias), por lo que se merecen ese trato especial. Además, cuanto más felices estén, mejor contribuirán a que nosotros también lo estemos.