II Edición
Curso 2005 - 2006
Gracias, Sr. Presidente
Mª Lourdes García Trigo, 16 años
Colegio Entreolivos (Sevilla)
Queridos compañeros, elevemos nuestras juveniles voces al cielo para dar gracias por el maravilloso presidente que tenemos. Nadie, sino su gobierno, podría haber propuesto una ley de educación tan fantástica como ésta. Porque la LOE es maravillosa. Analicemos en un momento algunos de sus puntos.
1º. La asignatura de Religión no se evalúa.
Totalmente de acuerdo. ¿Para qué vamos a evaluar los conocimientos del alumno? Son ganas de malgastar papel, tinta, energías del profesor y pilas de la calculadora. De todos modos, el alumno estudia sin que haya exámenes al final de cada trimestre. ¿Verdad? Decidme, compañeros, ¿alguno estudia por que hay exámenes? ¡Dios mío! ¡Nadie!. Y, llegados a este punto, ¿por qué no dejamos de evaluar el resto de las asignaturas? Todos nosotros estudiamos solamente por las ganas de aprender y por el futuro de nuestros hijos. ¿Que algunos estudian más que otros, y por eso unos suspenden y otros no? No os preocupéis por eso. El siguiente punto lo resuelve todo.
2º. Promoción inmediata.
Vamos, que se puede pasar de curso aunque te hayan quedado cuatro. Y digo yo, el alumno que no aprendió a multiplicar en 5º de primaria, ¿sabrá calcular con potencias cuando llegue a sexto? ¿Entenderá los logaritmos cuando pase a tercero o cuarto de ESO? ¿Sabrá despejar incógnitas en las ecuaciones? ¡Por supuesto! ¡Qué preguntas más raras hacéis! Si un niño no aprendió en 5º de primaria una cosa elemental, ya lo aprenderá cuando tenga que saber resolver ejercicios más complicados. Además, pobrecito, no lo vamos a separar del resto de sus compañeros que se mataron a estudiar el año entero para poder aprobar en junio. Así lo único que haremos será bajar el nivel del curso, pero da igual, ya nos pondremos todos las pilas cuando lleguemos a Bachillerato.
3º. El gobierno elige a los alumnos de cada colegio.
Por supuesto. Los padres no tienen la suficiente capacidad para elegir el colegio que más conviene a sus hijos. El gobierno es el que mejor sabe como educarlos. Sólo nos falta que también asistan al parto. Pero no os preocupéis, todo se andará. Y, me pregunto ¿no sería más razonable que los niños que quieran dar, por ejemplo, Religión, vayan a un colegio, y los niños a cuyos padres les perezca una tontería, a otro? ¿No irían así todos los alumnos por igual? No, por favor. Lo mejor es que se mezclen niños cristianos con musulmanes en un colegio de monjas. ¿Para qué? Para que los niños que antes iban a misa el día del patrón del colegio ahora no puedan ir para no herir los sentimientos de los otros. ¿Se ha visto cosa más razonable?
Ya hemos conseguido quedar los penúltimos en las listas de educación de la UE. No os preocupéis, dentro de poco conseguiremos, por fin, estar los últimos.