VI Edición

Curso 2009 - 2010

Alejandro Quintana

Hasta siempre

Lorena Linero, 18 años

                  Colegio Pineda (Barcelona)  

Se prometieron una amistad eterna. Sellaron aquel juramento con un movimiento de dedos muy propio de ellas y se regalaron una pulsera en señal de unión. Habían compartido muchos momentos desde su más tierna infancia. Julia y Andrea eran mejores amigas y lo dejaban bien claro escribiéndolo en agendas, carpetas y libros, algo propio de los doce años que tenían. Julia iba a cambiarse de ciudad debido al trabajo de su madre. Aquella fue la peor noticia que recibió Andrea.

En la despedida, dijeron que se escribirían cada mes una carta explicándose lo mucho que se echaban de menos y maquinando un futuro reencuentro. Lo cumplieron durante el primer año. Después el correo entre ambas fue disminuyendo hasta reducirse a una sencilla felicitación de Navidad.

Pasaron casi veinte años sin verse. A causa de los años transcurridos, a Andrea le costó reconocer a su compañera de batallas infantiles en el vagón del metro. Pero cuando, al fin, ambas se dieron cuenta de a quién tenían delante, el grito de emoción fue el menor gesto de alegría que expresaron. Se hicieron mil y una preguntas, intentando ponerse al día de sus vidas. Pero unos minutos resultaban insuficientes para explicarse todo lo que querían saber la una de la otra.

Apenas empezada la conversación, se pidieron perdón por no haber luchado por mantener su amistad y haber dejado en manos del destino su reencuentro. Y entonces, entre lágrimas de emoción, volvieron a reafirmar su promesa: una amistad eterna.