X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

"Her" o el amor
a las máquinas

Alejandro Caicedo, 15 años

                  Colegio Iale (Valencia)  

Spike Jonze vuelve después de un par de años escondido, tras producciones mediocres que dejan mucho que desear, pues nos había demostrado que tiene mucho talento. Tras ¨Cómo ser John Malkovich¨, parecía que a este joven director se le había acabado la gasolina, pero con “Her” y su merecido Oscar a Mejor Guión Original, su estela sigue intacta aunque hayan transcurrido quince años desde aquel gran film.

Jonze se estrena en la gran pantalla como guionista, y de qué manera, muy por encima de libretos tan originales como el de “Nebraska”, de Bob Nelson, y el de “Blue Jasmin”, de Woody Allen en esta gala octogésimo sexta de los premios de la Academia, a pesar de que no se llevó el Oscar a Mejor Director porque en su película deja algunos detalles un poco en el aire, como el escenario, la ciudad de Los Ángeles en un futuro en el que la tecnología domina al tiempo que simplifica la vida de sus ciudadanos. Así nos presenta la curiosa profesión de nuestro protagonista, Theodore Twombly, que consiste en escribir las tradicionales cartas a mano de parte de su cliente hacia otra persona, pero con ordenador.

A primera vista la película parece ciencia ficción pura, pero a medida que la cinta va evolucionando se nos plantea una historia de amor entre Theodore y su teléfono móvil (cuya voz la pone Scarlett Johansson), sorprendente historia que se presenta de una manera tan realista que puedes llegar a sentir compasión por los sentimientos de agonía amorosa que nuestro protagonista manifiesta a lo largo de la película, hasta el punto que llegamos a pensar que se trata de una relación afectiva real.

Spike Jonze realiza una crítica de esta sociedad cada vez más esclavizada por la tecnología, en la que intenta ofrecer una imagen de lo lejos que puede llegar nuestra dependencia, hasta el punto de trocar las relaciones humanas por las electrónicas.

En cuanto a sus protagonistas, Joaquin Phoenix no nos había ofrecido una interpretación tan emocional como ésta (aunque no meritoria para el Oscar), pues al igual que su director, Spike Jonze, llevaba casi media década escondido tras mediocres producciones. En el elenco femenino, Amy Adams deja mucho que desear, aunque parece muy difícil preparar dos personajes a fondo, como ha hecho en 2013.

La película ofrece al espectador dos horas de intensas emociones y un motivo sobre el que reflexionar, aunque con unos montajes futuristas que son improbables en el futuro próximo en el que está ambientada la cinta.