V Edición

Curso 2008 - 2009

Alejandro Quintana

Homenaje al rey

Endika Nebreda, 17 años

                Colegio Vizcaya (Bilbao)  

El pasado diecisiete de enero, se cumplió el primer aniversario de la muerte del gran ajedrecista Robert James Fischer, más conocido como Bobby Fischer. Como aficionado al ajedrez, me he criado oyendo las hazañas y las míticas partidas de las que Bobby consiguió salir victorioso. Supongo que, por eso, esperaba con inquietud el día de su aniversario para leer en la prensa, y no sólo en la deportiva, los artículos laudatorios que se merece una leyenda como él. Así que inmenso fue mi estupor cuando no descubrí una sola alusión al genial ajedrecista en ningún medio de comunicación, tanto escrito como audiovisual.

Tras conseguir el cetro mundial en la llamada ``partida del siglo´´, Bobby se negó a defender el título debido a la petición de excéntricos requisitos para la celebración del encuentro. Por ese motivo fue desposeído de su corona. Este varapalo y la timidez e introversión hicieron que se apartara poco a poco de la sociedad, hasta desaparecer por completo. Murió en la más absoluta soledad.

Bobby Fischer decidió vivir como un ermitaño, lo que no obvia que sus logros y talento merezcan ser recordados. Somos muchos los que le seguimos admirando. Dedicó su vida a lo que más le gustaba y transformó el ajedrez en algo más que un deporte mental, en una batalla en la que el talento tenía la primera palabra.