V Edición

Curso 2008 - 2009

Alejandro Quintana

Igualdad íntima

Lupe Prieto, 17 años

                     Colegio Vilavella (Valencia)  

Un artículo publicado en un periódico, afirmaba: “estadísticamente, los centros que escolarizan por sexos obtienen mejores resultados en las pruebas de acceso a la Universidad”. Seguí leyendo y al descubrir que mencionaba mi colegio -por cierto, en el primer puesto en la tabla de buenos resultados-, decidí llevarlo a clase.

Mis compañeras se llevaron una gran alegría. Sin embargo, aquella información nos condujo a otros artículos y opiniones que identifican la educación diferenciada con algo peligroso, como si se tratara de una opción educativa discriminatoria… ¡El debate estaba servido!

Ese día, trabajamos en clase de Lengua un texto de Selectividad del curso anterior, dedicado a lo que algunos llaman “identidades de género”. Llevaba por título: “Igualdad íntima”. Después de analizarlo, saqué mis propias conclusiones.

Considero que el dogmaistmo siempre es peligroso. Cuando, además, se ejerce sobre una cuestión opinable puede ser, incluso, dictatorial. Estoy rotundamente a favor de la educación diferenciada… ¡Y de la mixta! Estoy a favor de que nuestros padres puedan elegir lo que les parece más apropiado para cada uno de sus hijos, que no siempre tiene por qué ser lo mismo.

Las leyes deben velar por nuestro bienestar, pero sin tutelarnos. La ley debe mantenerse dentro del marco constitucional, dentro del derecho internacional, como declara la UNESCO y el Tribunal Supremo. Por tanto, en cuanto a sistemas de educación, cabemos todos.