XXI Edición
Curso 2024 - 2025
La Navidad entre
la nostalgia y
la esperanza
Miguel Del Toro Pérez
, 17 años
Colegio Fomento Tabladilla de Sevilla
¿Es realmente la Navidad tiempo de paz y amor? Sincenramente no lo sé. Es cierto, y eso no se puede negar, que es un tiempo con encanto, un tiempo de luces, un tiempo de villancicos y un tiempo de reuniones de familias que, a veces, se ven de año en año por estas fechas. La Navidad me gusta por todo lo que representa, amor, solidaridad, paz, generosidad, el nacimiento de Jesús y el poder compartir con quienes queremos momentos especiales. Sin embargo, detrás de todas esas cosas bonitas con las que se asocia la Navidad, también encuentro una profunda nostalgia, un vacío en mi corazón especialmente en los días señalados como Nochebuena, fin de año y día de los Reyes Magos.
En estos días especiales para mí, siento aún más que cualquier día, las ausencias de mis seres queridos que ya no pueden compartir conmigo la alegría y el júbilo que desprenden estas fiestas. En la mesa grande donde celebramos la Nochebuena y Nochevieja toda la familia, faltan sillas, faltan platos, pero sobre todo me faltan las personas que tanto quiero y que ya no están entre nosotros. En este momento me enfrento a la realidad, veo que la vida es pasajera y que las personas que queiro no estarán conmigo para siempre. No obstante, para mí que tengo fe, creo firmemente que la ausencia no es definitiva.
Por eso, para mí, la Navidad, además de transmitirme nostalgia, también me da esperanza. Pienso que Jesús vino al mundo para traer esa esperanza que tanto necesitamos en los momentos de tristeza. También trajo la salvación y la vida eterna. Saber que mis seres queridos descansan ahora con Jesús y su madre María, me transforma ese dolor y nostalgia en esperanza. Imaginar que están en un lugar lleno de paz y amor, alegra mi corazón y siento gratitud por haber compartido con ellos momentos inolvidables,
Por lo tanto, la Navidad es un tiempo de contrastes, de nostalgia y esperanza. Es época para recordar no sólo el nacimiento de Jesús, sino también para recordar el pasado, pero no con tristeza, sino con alegría y al mismo tiempo, mirar al futuro con optimismo y con mucha esperanza. Esperanza para seguir soñando con un mundo mejor, esperanza para seguir amando al prójimo, esperanza para celebrar otra Navidad con la familia, esperanza para creer que los momentos malos pueden cambiar. Así, la Navidad seguirá siendo una celebración de paz, amor y esperanza, teniendo la confianza de que Dios nace cada año y da su vida por nosotros para salvarnos.