XV Edición
Curso 2018 - 2019
La pieza
Alicia Davó, 17 años
Colegio Altozano (Alicante)
Hay unos ojos verdes que miran a través de la ventanilla del autobús. En ellos se reflejan los transeúntes que caminan por la calle, pero los mira sin mirarlos, pues su mirada es mucho más profunda: observa e inventa un mundo para cada uno de los paseantes, quienes, ajenos a la obra teatral de la que son protagonistas, caminan por la Rambla como cualquier otra mañana de sábado.
La mente de nuestro viajero no deja de dar vueltas a lo distintas que pueden llegar a ser las personas. No entiende por qué las diferencias están tan mal vistas, ni entiende la individualidad que se vive en la gran ciudad, pues piensa que sin los de al lado no somos más que caballos de feria guiados por el mecanismo de un tiovivo.
«¿No es el mundo quizá un tiovivo?», se pregunta. Un tiovivo que da vueltas infinitas en torno a un mismo eje, con milésimas de segundo de descompás para que cada nueva pieza pueda encajar sin alterar el curso de la atracción. Salvo aquellas que deciden prescindir de los engranajes…
«¿Y no tendríamos que dar las gracias a ese tipo de piezas?», vuelve a interrogarse.
La diferencia de quienes viven contracorriente es necesaria, pues gracias a ellos nos enriquecemos con distintas perspectivas ante una misma situación, y aprendemos que no hay un único camino para alcanzar un objetivo, sino un abanico repleto de posibilidades donde elegir.
Todo eso pensaba Jaime mientras se dirigía, como cualquier otro sábado, a su academia de baile.