XVII Edición

Curso 2020 - 2021

Alejandro Quintana

La revolución juvenil
de TikTok 

Sònia Vallés, 17 años

Colegio La Vall (Barcelona)

El pasado curso, quizás por el tiempo libre que nos brindó el confinamiento, la inmensa mayoría de los adolescentes descargamos en el teléfono móvil la aplicación TikTok. 

Tiktok, en sentido figurado, es la personificación digital de la globalización. Con un solo clic nos abre la pantalla al mundo. Es decir, es una oportunidad de ver, escuchar y entender a personas de cualquier parte del planeta sin que tengamos que abandonar la habitación; un entretenimiento sin fronteras que, sumado a la coincidencia temporal con las restricciones a causa del coronavirus, ha reventado de éxito. Sin embargo, más allá de mostrarnos culturas diferentes, es la cuna de lo que me gusta llamar “La revolución juvenil”. Puede sonar exagerado, pero se adecua a la situación. 

Las ideas liberales se han divulgado fácilmente a través de estos vídeos de entre quince y sesenta segundos. Sin ir más lejos, consiguieron manipular un acto de campaña del mismísimo Donald Trump en las últimas elecciones a la presidencia de los EE.UU. El magnate se encontró con la desagradable sorpresa de llegar a uno de sus mítines electorales, en Tulsa, Oklahoma, para ver que estaba prácticamente vacío. Jóvenes de todo el mundo se habían organizado a través de TikTok para reservar prácticamente todas las plazas disponibles para los asistentes, y así dejar al expresidente en ridículo. Y es que Trump es una de las figuras públicas más odiadas por los usuarios de Tiktok, y ha quedado demostrado que el sentimiento es mutuo, pues intentó prohibir la plataforma en su gigantesco país. Además, su antipatía hacia TikTok se justifica en el origen chino del invento.

Me parece importante reseñar que las comunidades minoritarias –especialmente la LGTBI– dominan la plataforma. Aunque educar sobre el respeto a los demás, más allá de las ideas y comportamientos, sea necesario, deberíamos preguntarnos si no es abusivo que TikTok promueva de manera tan radical a estos movimientos a los cibernautas jóvenes, que aún estamos desarrollando el espíritu crítico. De alguna manera, la plataforma trata de condicionar nuestro modo de pensar y vivir. 

Pongo un ejemplo: se dio el caso de una mujer que promulgaba el veganismo, haciendo uso de un sentimiento de culpabilidad para defender su postura de no comer animales ni sus productos derivados. Quizás por esta actitud, la comunidad de TikTok se lanzó sobre ella. Algunos usuarios decentes procuraron criticar solo la manera de divulgar su dieta, pero dado que la mayoría de los usuarios son menores, estos no supieron moderar sus argumentos y acabaron atacando de muy malas formas a la comunidad vegana. Por eso concluí que los TikTokers han llevado sus posiciones al extremo.  

Entiendo que los jóvenes empleemos internet como cauce de información y opinión, pues ya no leemos periódicos, pero no podemos aceptar la violencia contra el que piensa diferente.