X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

La valla

Miguel Jiménez de Cisneros Ortiz, 16 años

                 Colegio Tabladilla (Sevilla)  

Llevaba dos días en aquella extraña casa. El momento debía de estar cerca. Con suerte y esfuerzo, años más tarde viviríamos con dignidad y, con el dinero ahorrado, podríamos volver.

- Deprisa, Antoine, ahora o nunca.

Nos levantamos y, con diligencia, nos dirigimos al punto de encuentro. <<Vida o muerte>> me repetía para concienciarme de que tenía que hacerlo.

En ese momento la vi: alta, imponente, silenciosa. Era la valla metálica que teníamos que saltar.

- ¡Adelante!

Un numeroso grupo nos dirigimos veloces hacia el obstáculo. Comenzamos a trepar sin pensárnoslo. Gracias a las gruesas ropas no me clavé aquellos pinchos y superada la primera valla, trepé por la segunda.

Logré poner el pie en tierra española. Por las caras de los policías de la frontera entendí que habíamos hecho algo grave. Me embargó el miedo a que me devolvieran a Marruecos, donde me esperaba el hambre y la miseria. Oré en silencio.

Me llevaron a un recinto y me ofrecieron comida. A mi alrededor había pabellones y tiendas de campaña. Estaba a salvo.