XXI Edición
Curso 2024 - 2025
La victoria a través
de la mente
Mateo Sagasti, 15 años
Colegio Santa Margarita (Perú)
Quedan tres minutos para que acabe la ronda y su contrincante le saca siete puntos de ventaja. Solo le queda una oportunidad para ganar. Le cae un sudor frío por la espalda y se le nublan las ideas que tenía previstas acerca de su estrategia y la su competidor. Al final, se ofusca y permite que sus acciones las gobiernen las emociones, por lo que pierde todas sus oportunidades de salir victorioso.
Desde que era chico, mis padres me llevaban a la playa durante nuestros días libres. Poco a poco mi amor por el mar fue creciendo, lo que me hizo descubrir un deporte que se convirtió en mi gran pasión: el surf. Desde entonces, aprovecho cada vez que puedo para acercarme a las olas para practicarlo. Cuando llegó el momento, después de cinco años de trabajo duro y experiencia, comencé a participar en distintas competiciones. Una competencia de surf se desarrolla de la siguiente manera: se suceden varias rondas, en las que los competidores tienen veinte minutos para delizarse sobre la mayor cantidad de olas posibles. El jurado califica cada reto según la fuerza de la ola y la maniobra del surfista, junto con la dificultad que es capaz de asumir.
Como se imaginará el lector, en el primer párrafo de este artículo hablaba de mí y de mis emociones, pues estas jugaron en mi contra durante el último campeonato de surf en el que participé. Llegué a la última ronda sin mayores problemas. Ante el último envite, comencé a remar desde la orilla al lugar en el que se formaban las olas. Sin embargo, cada vez que subía a la tabla bajaba en la clasificación: segundo, tercero, cuarto… Mis emociones se habían desordenado; no me dejaban actuar como tenía previsto. Y perdí aquella ronda.
Por eso hablo de “controlar la emoción con la mente”. Si me hubiera detenido a pensar unos segundos antes de subirme en la tabla, en vez de dejarme dominar por cada una de las emociones que me surgieron, hubiera tenido muchas más oportunidades para ganar esa competencia. Esto supuso una lección para mí, para quienes practican surf como yo, y también para cualquier persona que se vaya a enfrentar a una decisión importante, porque en ese momento es cuando surgen dichas emociones, que van a tratar de ofuscar nuestra mente. Es en ese momento cuando tenemos que controlarlas y pensar fríamente, para así tomar la decisión que más nos conviene.