X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

La vida es un anuncio

Laura Pastor, 15 años

                 Colegio Ángel de la Guarda (Alicante)  

Si te detienes un momento a pensar en todo lo que has visto en el día de hoy hasta este momento, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Posiblemente sea un anuncio, bien en la televisión, en internet o en alguna valla publicitaria.

No se nos escapa que estamos influidos por los mensajes publicitarios, que nos asaltan en todo momento sin que el anunciante haya contado con nuestro beneplácito. Pero hay otro tipo de publicidad que también adaptamos a nuestra vida y a nuestros hábitos de consumo sin darnos cuenta: la que aparece en una película, una serie o –incluso- una novela. Todos esos mensajes condicionan, de alguna manera, nuestros ideales.

Aunque suene duro, somos lo que somos en la medida que nos hayamos dejado influenciar. No quiere decir que no podamos defendernos del dominio que la publicidad pretende ejercer sobre nosotros, ni que toda publicidad sea perversa. Entre otras cosas, los anuncios ofrecen variedad e información de productos interesantes.

No podemos imaginar nuestra rutina sin la compañía de la publicidad, nos faltarían datos para desenvolvernos. Ahora, hemos adquirido demasiada dependencia de la publicidad (sus canciones y frases forman parte de nuestra jerga).

En todo caso, necesitamos encontrar herramientas de defensa contra la publicidad abusiva y aquella que emplea la agresividad para atraer nuestra atención.