X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Mamá

Pawel Rúa-Figueroa, 17 años

                Colegio Mulhacén (Granada)  

Todas las noches se dirigía a la cocina, sigilosamente, tapada con su manta.

Llegaba, abría la nevera y tomaba un sorbo de agua. Luego pasaba por el baño y, finalmente, corría a su cama.

Repetía estos pasos cada madrugada, deslizando sus delicadas manos por puertas y esquinas.

Aquella noche era igual a las demás. En el carillón sonaron tres campanadas.

Fue a la cocina con el fin de saciar su sed. Al terminar de beber, dejó la botella en su sitio y vio cómo se apagaba, de nuevo, la bombilla de la nevera.

Fue a tentar con la mano la puerta de la cocina, pero se topó con algo inesperado, suave como si fuese el pelaje de un felino. Latía, pero estaba frío y escuchó su profunda respiración.

La pequeña imploró para que no le sucediera nada. Le invadía una corriente de escalofríos y perdió el control sobre su cuerpo, entregándose a la desesperación.

Mamá estaba allí.