X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Miedo a morir

Nuria de Fuentes, 14 años

                  Colegio La Vall (Barcelona)  

Cada vez notaba mayor vacío en su interior. El temor le consumía y tenía ganas de tirar la toalla. Sin embargo, algo le impulsaba a seguir viviendo.

Tenía mucho miedo a morirse. Porque… ¿qué pasaría cuando su corazón dejara de latir? ¿Qué sentiría? No quería que sucediese.

Cuando llegara ese momento sería como en una película: cerraría los ojos y… ¡fin! El fin de su película. Pero, ¿y su familia? Llevaban mucho tiempo procurando ser fuertes. No era justo hacerles sufrir. Les correspondía un poco de paz.

A todo unía el fracaso. ¿Había hecho algo de provecho con su vida? Ahora que llegaba el final, había empezado a preocuparle esta cuestión, justo cuando ya nada podía hacer.

También lo atormentaba un sentimiento de rabia. Tenía dieciséis años, toda una vida por delante que la enfermedad le estaba arrebatando. No podía luchar contra ella, pues el mal era superior a sus fuerzas. Y por si fuera poco, los médicos creían que ya habían hecho todo lo posible por curarle.

Se notaba solo, como abandonado. Pero no lo estaba. Los suyos seguían a su lado. No obstante, le faltaba alguien: su hermana. Regresaría de Irlanda en una semana. La necesitaba. Quería hablar con ella para sacar las angustias que llevaba dentro.

Necesitaba llorar, desahogarse, pero no podía. Se lo impedía el orgullo. Debía aguantar el tipo.

Todo cambió cuando Marta regresó de tierras irlandesas. Le transmitió lo que él necesitaba en aquellos momentos: esperanza. Le hizo ver las cosas con perspectiva y claridad, entender que en el dolor también se esconde algo bueno.

Le recordó que después de la tormenta sale el sol; es cuestión de tiempo. Según ella, encontrarían una solución a la enfermedad. Y si no la había, su sufrimiento no habría sido en vano. Todos aprenderían de esa experiencia.

Por fin se atrevió a decir:

-Ya no tengo miedo a morir.

Dos años más tarde, el médico le anunció que lo había conseguido: estaba curado.

Recordó la conversación que había mantenido con Marta cuando la muerte le atenazaba. <<Habrá un final feliz>>, le dijo.