XVII Edición
Curso 2020 - 2021
Nuestra zona de seguridad
Yakira Esparza, 16 años
Colegio IALE (Valencia)
La llaman zona de confort, y es un entorno que conocemos y nos hace sentir seguros. Engloba aquellas actividades que hacemos con frecuencia, aquellos lugares que forman parte de nuestra rutina y no nos dan miedo, así como las personas con las que convivimos y en cuya compañía nos sentimos protegidos.
Asumir riesgos nos puede causar malestar o ansiedad, por eso tendemos a no salir de nuestros refugios. No siempre es negativo estar en ellos; de hecho, en ocasiones es necesario. El problema viene cuando no salimos nunca de ellos.
La zona de seguridad nos atrapa, pues nos causa un bienestar que viene de la ausencia de experiencias negativas, que son las que nos causan ansiedad, miedo o incertidumbre. ¿Es posible vivir en plenitud sin experimentar este tipo de emociones? No estoy segura, pero sé que no vale la pena. La vida guarda cosas maravillosas para quien se atreve a descubrirlas. Y sí, a veces da miedo, pereza o vergüenza enfrentarse al riesgo, pero la sensación una vez hemos sido capaces de superar nuestros miedos tiene más valor que todo el oro del mundo. La monotonía es para quien la quiera; después de experimentar el reto de vencerme, no soy yo quien la quiere.
Hace un tiempo solía refugiarme en mi habitación, donde dedicaba el tiempo a tareas poco interesantes. Escuchaba la misma música y veía películas de vez en cuando, hacía los deberes, estudiaba cuando tocaba y poco más. Ahora, sin embargo, intento estimular mis sentidos con creatividad. Por eso durante este curso he descubierto un sin fin de actividades que me gustan y que antes, por miedo a que no salieran bien, nunca fui capaz de probar. De hecho, ahora mismo estoy afuera de mi zona de seguridad, pues nunca pensé que iba a dedicar mi tiempo a escribir, ni mucho menos pensaba que podía dárseme bien.
Emprender proyectos interesantes no tiene porqué implicar marcharse a vivir a otro continente. A veces encontramos ese viaje en las acciones más simples, cotidianas, a las que antes no nos habíamos aventurado.
La zona de confort nos hace sentir seguros, pero quien no arriesga, no gana. Y ganar significa crecer.