X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Palabra de coleccionista

Miguel Jiménez de Cisneros Ortiz, 16 años

                 Colegio Tabladilla (Sevilla)  

Coleccionar es una divertidísima afición. Lo tradicional suele ser atesorar sellos antiguos o de otros países, monedas y billetes… Ese tipo de colecciones escriben libros vivos de Historia, pues aportan un sinfín de conocimientos a quien se detiene a contemplarlas. Sería una pena que despreciásemos esta afición, que no se concreta sólo en los álbumes y expositores sino en la paciente tarea de rastrear una pieza, encontrarla, acudir a esos mercadillos de antiguo dispuesto a regatear para incluirla en nuestra colección como un nuevo tesoro que nos pone más cerca de la infinitud, pues no hay vida suficiente para abarcar estos testimonios sobre el devenir de los hombres.

Ser coleccionista es emocionante: vas adquiriendo piezas nuevas, raras, antiguas (a veces en forma de regalo; a veces compradas por ti). Ir poco a poco, no completar la colección de golpe le da gracia a la aventura, especialmente cuando los fondos de un coleccionista como yo son limitados. Me refiero a los fondos económicos, claro. Si no, esta afición pierde emoción, pues ya no tiene ese guiño de la búsqueda y la espera.

Sin embargo, ir ampliando la colección hace posible que no te aburras a la primera ni te “empaches”, sino que avance a un ritmo natural. Eres testigo de la evolución de tu hobbie: se amplía la variedad de objetos, conoces cómo son, de dónde vienen... Por si fuera poco, no hay nada que se disfrute más que cuando enseñas y explicas cada pieza reunida.

Yo comencé a coleccionar hace bastante tiempo. Defino este gusto como “ir rebuscando en el baúl de la cultura universal”.

Tal vez al principio parezca que no tiene sentido, pero una vez que comienzas a coleccionar te das cuenta de que es una actividad que da mucho de sí y que reúne muchos alicientes: paciencia, inspiración, conocimiento, descanso... Y, por si fuera poco, engancha. Es verdad que requiere tesón y tiempo, como cualquier trabajo, pero a diferencia de éste es todo un pasatiempo.