III Edición

Curso 2006 - 2007

Alejandro Quintana

Reglas para ser un héroe
(de los de verdad)

Blanca Gaig, 16 años

                 Colegio Canigó (Barcelona)  

       “Sé que lo conseguiré. Algún día llegaré a ser un héroe”. Leí esta frase el otro día en un vagón de metro. Me impactó. Por su sencillez. Por su claridad. Por su mensaje. Once palabras que me hicieron pensar, replantearme muchas cosas. ¿Estoy satisfecha por ser como soy? ¿Me gustaría cambiar?

       Estaba confusa. Me di cuenta de que realmente no sabía nada de mí, ni de nada. De pronto me sentí perdida, sola. Así que decidí cambiar antes que echarme a llorar.

       No es que sea mala persona, pero sé que puedo ser mejor. Decidí ser un héroe. A mi manera, pero héroe.

       No lo sería por ayudar, sino por saber que puedo servir de ayuda. No por vencer al enemigo, sino por convencerle de que lo que hace no está bien. No por rescatar a personas, sino por estar disponible cada vez que éstas necesiten ser rescatadas. No por disfrutar de superpoderes y saber hacer algo especial, sino por querer que todo el mundo tenga superpoderes y se sienta especial.

       Me decidí a ser un héroe sin armas. Sin traje. Sin capa. Sin antifaz. Sin nada. Sólo un héroe. Pero uno de los buenos, de los de verdad. Uno de aquellos héroes que no llaman la atención pero dejan huella. Uno de esos que no son guapos ni altos ni musculosos, pero que consiguen que la gente les vea así.

       Lo sé. Lo conseguiré. Algún día llegaré a ser un héroe.