I Edición

Curso 2004 - 2005

Alejandro Quintana

¿Sí o no?

Marta Cal de Lara, 16 años

                 Colegio Nelva, Murcia  

     “¿Tenemos el deber de proteger la vida humana?¿Alguien puede decidir quien vive y quien no?” Así empezaba el video de una conferencia que nos pusieron en el colegio. En ella, una señora llamada Pam hablaba a los jóvenes americanos sobre el sexo seguro y el aborto. Explicaba que ella se dedicaba a ayudar a chicas con embarazos no deseados y les animaba a desechar el aborto y a elegir tener a ese niño inocente. Hay más opciones además de matarlo, como, por ejemplo, la adopción.

     ¿Por qué matar a un niño que no tiene ninguna culpa, cuando hay miles de parejas que darían todo con tal de cuidarlo?

     Pam decía que no se dejasen engañar por los médicos abortistas, ya que éstos nunca hablan de las consecuencias psicológicas que la interrupción voluntaria del embarazo provoca sobre la mujer. Muchas veces es peor el “remedio” que la “enfermedad”. Cientos de jóvenes que han abortado han visitado a Pam llorando y preguntándole por qué no fue a su colegio, por qué no les contó que pasaría al elegir cada una de las opciones.

     Al final de la conferencia, Pam reveló algo que nos impactó: ella fue un embarazo no deseado. Su madre fue violada cuando era adolescente, pero comprendió que, a pesar de todo, esa niña tenía derecho a vivir, y la quiso tanto, que decidió que lo mejor para ella era darla en adopción, ya que no podía mantenerla. Pam decía que cuando por fin la conociese, aquí o en el cielo, le daría un abrazo enorme por haberle dado la oportunidad de vivir. También decía que veía en la decisión de su madre de darla en adopción, no un gesto de rechazo o de odio, sino del profundo amor, ya que renunció a su hija, para que pudiera tener una vida mejor a la que ella podía darle.

     ¿Qué hubiera pasado si hubiera abortado? ¿Qué habría sido de todas las personas a las que Pam ahora está ayudando?