XXI Edición

Curso 2024 - 2025

Alejandro Quintana

Te lo dice tu nieta 

Micaela Farro, 16 años

Colegio Santa Margarita (Lima, Perú)

Entrelazando nuestras manos me guiabas por el camino con pasos firmes y decididos, para enseñarme el mundo a través de tus historias. Me transmitías tu sabiduría con cada palabra y cada gesto. Yo apenas podía mirar tus ojos llenos de vida, pues para verte tenía que alzar la pequeña cabeza, aún torpe y difícil de controlar debido a mi corta edad. Cuando mis piernas se rendían al cansancio, me levantabas con ternura sobre tu espalda, susurrándome palabras dulces que me arrullaban hasta quedarme dormida.

Tu risa melodiosa fue la canción que llenaba mis días. Resonaba en mis oídos cada vez que te contaba un chiste malo, haciéndome creer que yo era una persona graciosa. El tiempo se ha encargado de cambiar nuestros papeles: soy yo quien te toma de la mano, quien procura que cada uno de tus pasos sea seguro. Las cosas han cambiado, porque para verte el rostro debo bajar la mirada. Así observo en tu piel la huella de los años: cada arruga es un testimonio de todo lo que has vivido y superado.

Sigo contando chistes, pero ya no escucho tu risa clara que solía envolverme con su calidez. Ahora soy yo quien pronuncia palabras de cariño, quien vela tu descanso y se asegura de que la fatiga no pese sobre ti.

Me corresponde recordar en nombre de ambas cada instante que hemos compartido, cada una de las historias que me contaste y tu colección de sonrisas. Hasta que mis pasos me conduzcan adonde tú estás, llevaré en el corazón cada uno de los momentos vividos junto a ti. 

Ha llegado mi turno; tengo que cuidarte con tu misma devoción. Aunque el paso de estos últimos años haya sido cruel hasta borrar todo lo que sabías de tus nietas, sé que permanece el amor que nos diste a manos llenas.