II Edición

Curso 2005 - 2006

Alejandro Quintana

Terminal 4

José Luis Herrero, 14 años

                   Colegio San Agustín (Madrid)  

    Viajar, que es un placer para la mayoría de las personas y una forma de desconectar, se puede estropear y convertir en una pesadilla si tienes que coger un avión desde la nueva y flamante Terminal 4 del aeropuerto de Madrid.

    La Terminal 4 fue inaugurada hace poco tiempo, y en su corta pero movida historia, pierde más equipajes que las otras tres terminales juntas.

    La gente que elige como medio de transporte el avión, opta, para sus desplazamientos cortos, por el equipaje de mano, siempre y cuando cumpla las medidas predeterminadas por la compañía aeronáutica, que en la T4 es Iberia.

    El tan traído, comentado e ironizado problema del equipaje, según el personal que trabaja en la Terminal, se debe a un robot de alta tecnología que transporta las maletas por innumerables “vías” a través de todo el aeropuerto. Este robot pretende agilizar el transporte del equipaje. Sin embargo, de momento es peor el remedio que la enfermedad, porque con el sistema antiguo se perdía la décima parte de equipajes de los que se pierden en la actualidad.

    En honor a la verdad, no todos son defectos en la Terminal. Hay que admitir, de buena gana, que la construcción es una maravilla. Las columnas de acero que sustentan el techo, son fuertes y ágiles, originales y llenas de colorido, ya que están pintadas, en cada una de sus zonas, de distinto color. Los techos, de forma ondulada, dan sensación de calidez y acogida. Están fabricados con unas cañas ignifugas que aportan elegancia. Es un edificio amplísimo, muy luminoso, limpio, con gran variedad de comercios para hacer la espera más agradable y muy cómodo a la hora de atravesarlo.

    Otro tema son las distancias desde el control de seguridad hasta cada una de las puertas de embarque. Hay señales que avisan de lo que se tarda en llegar, eso sí, siempre y cuando utilices las pasarelas transportadoras. Si tienes alguna puerta que esté en el otro edificio, debes tomar un tren lanzadera que une, digámoslo así, el “hangar” 1 con el 2. Por este motivo, recomiendan estar hasta tres horas antes del despegue del avión, pues las distancias puedan ser de hasta cuarenta y cinco minutos.

    En cuanto se subsane el problema del equipaje -todo en la vida es cuestión de tiempo- el Gran Barajas no tendrá nada que envidiar a ningún otro aeropuerto del mundo, ya que en sesenta minutos despegan y aterrizan noventa aviones.