XV Edición

Curso 2018 - 2019    

Alejandro Quintana

Un problema en clase

Salvador Villegas, 16 años

Colegio Mulhacén (Granada) 

Juan llevaba inquieto desde hacía más de media hora. No podía parar de pensar en ello ni de mirar al reloj de la pared; tenía la impresión de que avanzaba cada vez más lentamente. Levantó la mano y se le hizo una petición a la profesora, pero esta le dijo:

—No. Tendrías que haberlo hecho antes.

La profesora siguió explicando, pero para Juan resultaba imposible seguirle el hilo, ya que estaba demasiado nervioso. Probó a juguetear con los bolígrafos para distraerse y después comenzó a dibujar por ver si le servía para olvidar.

No podía entender cómo sus compañeros estaban apaciguados cuando sufrían una situación como aquella. Al contrario, él no podía dejar de mover las piernas con convulsión. ¡Qué envidia le daban!...

Si, como le había dicho la profesora, hubiera ido antes... No hubiese tardado nada. Además, en ese momento no tendría que estar sufriendo.

Mientras pensaba en todas estas cosas, de pronto, la profesora le preguntó:

—Juan, ¿te estás enterando?

A lo que él respondió sin pensárselo:

—Sí.

La profesora de Ciencias Sociales volvió a la carga:

—¿Cuánto subió la tasa de impuestos desde 1990 hasta 1995?

—Un quince.

—¿Un quince por ciento? —pareció escandalizarse—. ¡Vete a la esquina!

Allí, contra la pared como si fuese un niño pequeño, volvió a pensar con angustia y a mover las piernas. Por suerte para él, en ese momento sonó el timbre: ¡La clase había terminado!

Entonces Juan salió escopetado y, por fin, pudo ir al baño.