X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Un solo grito

María Cristina Bagán, 14 años

                 Colegio Altozano (Alicante)  

Me encontraba con mi padre frente al televisor, a la espera de que España ganase el Mundial de fútbol por primera vez. Mi hermana y mi madre ya se habían ido a dormir. ¡Caramba! No aguantan nada...

Nuestros jugadores no lograban meter un solo gol -¡no me lo podía creer!-, mientras los del otro equipo se dedicaban a hacernos faltas a las que el árbitro hacia la vista gorda. ¿Estaría comprado?...

<<Iniesta se acerca a la portería contraria>>, anunció el locutor.

Me llevé las manos a la cara; no me atrevía a mirar la pantalla. Mis pensamientos iban y venían, como si de una ráfaga huracanada se tratase.

<< ¿Y si no lo mete?, pensé. ¿Y si lo mete?>>, decidí ser más optimista.

Definitivamente, no podía mirar. Cerré los párpados levemente y miré a través de mis pestañas.

El locutor se quedó en silencio. Un silencio cargado de dudas y expectación.

Sabía que mi padre contenía el aliento; yo misma la contuve. Silencio. Silencio. No sabia qué estaba pasando. Abrí un poco los ojos. Iniesta estaba cerca, muy cerca. Los abrí del todo. Iniesta chutó. Aparté la mirada, puesto que no podía pensar que fuese a fallar.

Y de repente…

-¡GOOOOOOOOOOOOOOL!

Con aquel grito saqué de golpe todo el aire de mis pulmones. Me levanté con la bandera española y me puse a ondearla. Después me fundí con mi padre en un gran abrazo. A lo lejos se oían las bubucelas. Millones de aficionados españoles nos unimos en una exclamación para proclamar victoriosos el nombre de nuestro país porque nos habíamos convertido en los ganadores del Mundial de fútbol 2010.

Sin palabras.