X Edición

Curso 2013 - 2014

Alejandro Quintana

Una aplicación que nunca encontrarás

Miguel Jiménez de Cisneros Ortiz, 16 años

                 Colegio Tabladilla (Sevilla)  

Me fijé en las personas que había en una plaza cercana a mi casa: un niño con su padre y un señor con su perro. Me llamó la atención que aquel niño jugara solo porque su padre estaba pendiente del teléfono móvil. Al perro le sucedía algo parecido: mendigaba la atención de su amo, ensimismado con su “smartphone”.

Cómo han cambiado estos objetos nuestras vidas, ¿verdad?...

Que estos aparatos de última generación han traído efectos positivos, generando avance y desarrollo, no se puede negar. El tiempo que antes empleábamos para cualquier actividad se ha reducido drásticamente, pues podemos encontrar cualquier tipo de información y un gran abanico de ofertas sociales y laborales.

El mundo es ahora el de la velocidad. Por otro lado las empresas telefónicas luchan sin cesar por obtener más clientes que la competencia y las marcas de móviles trabajan para conseguir nuevos modelos repletos de modernísimas e innovadoras aplicaciones que acaparen el mayor número de compradores posible.

Se acabó el retraso, el aislamiento, la incomodidad. Ya no es necesario llevar una cámara de fotos, otra de vídeo, un reproductor de música, papel y boli... ¡Ahora todo eso está en el móvil! Llevarlo en un bolsillo es llevar todo. ¿Se puede vivir mejor, más seguro y cómodo?

Pero todo es de color de rosa. ¿Dónde quedó la intimidad? ¿Y la paciencia? ¿Y las conversaciones de tú a tú? ¿Y los juegos en común? Muchas personas se sienten más solas y vacías que nunca, tal vez por causa propia o quizá por causa ajena.

Por eso, no perdamos las cosas buenas e insustituibles que no caben en un móvil, que por muy completo que parezca nunca será tan perfecto como una persona.