XIV Edición

Curso 2017 - 2018

Alejandro Quintana

Una consulta a deshora 

Ignacio De Grassa, 15 años

            Colegio Munabe (Vizcaya)  

El prestigioso médico, padre de familia y literato Raúl Herrera abrió la bandeja de entrada de su ordenador una vez su último paciente de la jornada salió por la puerta. Como todos los lunes, el correo electrónico estaba repleto de mensajes de los lectores de su columna semanal en el periódico, con la esperanza de que sus dudas fueran elegidas para que el doctor las resolviera con algunos consejos publicados en la misma cabecera.

Le llamó la atención el mensaje de un usuario, con el alias ZH, un adolescente que le hablaba de la falta de cariño por parte de sus padres, a los que no veía a menudo; como consecuencia, sufría ansiedad y falta de sueño desde hacía meses y sus calificaciones escolares iban en picado. Pero su entorno, por lo visto, no se daba cuenta de que el chico estaba hundido. El doctor sabía que no era un asunto al que reservar parte de su columna de los miércoles, pues no interesaría tanto a los lectores como el caso de un hombre que pretendía suicidarse. De todas formas, decidió entablar conversación con el usuario, una correspondencia con la que día a día le fue ayudando en lo posible a través del email, hasta que concertaron una visita en la consulta, el martes siguiente a las ocho de la tarde. A Raúl Herrera le gustaba tanto su trabajo como la posibilidad de ayudar a la gente que sufría.

Cuando llegó el martes, después de cerrar el ordenador, su secretaria le avisó de que un joven paciente acababa de presentarse.

—Hágale pasar —ordenó el médico.

A Raúl le dio un vuelco al corazón. El joven no era otro que su hijo Zacarías, alias ZH.